
El 80,7% de los compradores de viviendas de segunda mano durante el año 2023 eran pareja. El principal motivo de la inversión fue el cambio de casa y 43,1% fueron familias con hijos/as, el 37,6% no tenía hijas/os, el 15,2% fueron personas individuales y el 4% fueron empresas. La edad media de los inversores son los 41,4 años.
Si comparamos estos datos con los del año anterior, 2022, el porcentaje de parejas con descendientes crece pasando de 42,5% a 43,1%. Algo mayor es el crecimiento de inversión entre las parejas sin hijos de 35,7% a 37,6%. También la misma tendencia ascendente cuando el perfil del comprador es una empresa de 2,8% a 4%. En general todos los datos son positivos entre el año 2023 y el 2022; excepto los compradores individuales que desciende del 18,7% al 15,2%.
El principal motivo de la inversión en estas viviendas de uso residencial fue principalmente que los propietarios cambiaron de casa, casi un 63%, frente a un 21% que compró para emanciparse o el 17% que cambiaron de vivienda de alquiler a tenerla en propiedad. Estos porcentajes se mantienen prácticamente igual en el año 2023 y 2022.
El origen de los inmuebles en venta fue casi en la mitad de los casos activos ofertados por inmobiliarias y un 30% los adquiridos por herencias. Otros orígenes, pero ya con mucho menor porcentaje procedían de inmuebles que estaban alquilados, pertenencia a fondos de inversión, ejecuciones hipotecarias, propiedades de promotoras o grandes tenedores.
Después de este minucioso análisis de los principales inversores en activos para uso residencial. Destaca la carencia y necesidad que tienen los jóvenes o personas con ingresos medios carezcan de ahorros por lo que el acceso a la vivienda es muy complejo.
La gran barrera en términos generales sigue siendo la necesidad de financiación que se ve marcada por una rápida subida de los tipos de interés. Desde el Gobierno central se valora la aprobación de avales del 20% de la hipoteca para la compra de primera vivienda como uso habitual y con menores a su cargo.
Aunque se deberían de reducir las trabas burocráticas, rebajas fiscales, más construcción de vivienda pública y crear más urbanizaciones periféricas que permitirían destensar los precios en los centros urbanos más caros.
Muchos jóvenes se preguntan cuándo va a caer el precio de la vivienda, la realidad es hay muchos queriendo lo mismo y esto, también dificulta la situación.