Si analizamos el sector de la construcción (no debemos olvidar que es nuestro sector más fuerte) vemos que tenemos una baja digitalización, la plantilla más envejecida y una tasa de productividad en “caída libre” desde el año 2015.
España se sitúa a la cola de Europa en cuanto a productividad con un 2,5% frente al 4,7% de la media europea, es uno de los sectores con más deberes pendientes. El dato de la baja productividad se ha destacado negativamente para poder avanzar en la legislación laboral, como por ejemplo para implantar una jornada laboral de 4 días.
Por desgracia la construcción no está sola en el grupo de los 5 sectores con menos productividad, le acompañan el transporte, el agua y las actividades profesionales científicas y técnicas.
A pesar que desde el año 2015 es uno de los sectores con menos provecho por hora trabajada. Si comparamos el año 2022 con el año anterior, observamos datos optimistas, con un incremento de la productividad del 1,2% frente al 1% de media europea.
Un dato preocupante es el relevo generacional, según datos de la EPA (Encuesta de Población Activa) a cierre de año de 2023 casi el 70% tenía más de 40 años entre la construcción y sectores derivados.
Una de las soluciones que se presenta para “mejorar” la situación laboral de los trabajadores como para hacer crecer la productividad es la innovación. Un estudio presentado por REBUILD cree que para hacer crecer la productividad del sector se debería de digitalizar permitiendo realizar muchos de los trabajos online, desarrollar trabajos más técnicos… todo esto evitaría en muchos casos la exposición de muchos trabajadores a situaciones climáticas adversas.
Si hablamos de los problemas de la construcción no podemos obviar la subida que han registrado los costes desde la pandemia, un 27,5%. Tanto la mano de obra como el coste de materiales cada mes registran cifras históricas. El cemento y el hormigón lideran la subida de precios, y el que menos ha subido su coste es la cerámica con una subida del 22%.
En definitiva, las obras acumulan un sobrecoste de hasta el 29% en los últimos 3 años.